
Madre mía, mi Madre Celestial, como cada año, te canto las mañanitas con emoción, con voz entrecortada, con mi corazón.
Gracias por tus bendiciones, por seguir sosteniendo mi mano y seguir cubriéndome con tu manto.
Te sigo sintiendo presente, en cada paso que doy, mi FE está mas fuerte que nunca y mis ganas de seguir luchando siguen fuertes.
Bendice a mi mamá, a mi, a todos mis familiares y a quienes están cerca de mi.
Los tiempos de Dios son perfectos y tu intersección ante tu hijo en el tiempo que tiene que ser.
Ahora la plática es diferente y se que fluirá, cuando tenga que ser.
Gracias Madre Mía por permitirme ser tu hija.
¡Felicidades Santa María de Guadalupe! Mi morenita linda.
Tu hija, la más pequeña.
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