PAZ Y TRANQUILIDAD

Nunca pensé que sabría apreciar lo que es el silencio, el sentir paz y tranquilidad en la calle donde vivo, después de 2 semanas, he disfrutado mucho del tráfico de mi calle, del silencio que hay cuando veo la tele, de disfrutar un atardecer en el corredor de mi casa sin tener a muchos carros con equipos de sonido, sonido que alegraba el Carnaval de mi tierra, pero torturaba mis oídos, mi tranquilidad.

Cinco días fueron de fiesta en mi calle, en las cercanías de mi casa, desde el viernes 16 de febrero hasta el martes 20 de febrero, aunque para mí, el día 17, a pesar de todo el escándalo, fue un hermoso día, o mejor dicho, una hermosa noche. Carros alegóricos en la Prolongación de Montejo, equipos de sonido en mi calle, puestos de cerveza por todo el derrotero, uno que otro de comida, una que otra tarima, pero que lindo es cuando todo eso termina.

Los días que salía el paseo en la noche, desde la 1 de la tarde empezaban a mover los coches, cuando apenas no salen del trabajo algunos y ya querían que quitaran sus carros para poner esos conos anaranjados y guardarles lugar a los carros de sonido, no poder ver la tele, no poder escuchar musica, no poder estar dentro de casa porque retumban las ventanas, las puertas.

Después de 2 semanas de feliz termino, puedo decir que el tráfico que pasa por mi casa, que el silencio en las noches al contemplar la Luna, la tranquilidad de la gente al no tener que quitar sus carros antes de su salida a comer, aunque abarquen toda mi escarpa, la paz que se respira al escuchar un lorito pasar, al mirar las estrellas al salir, que rico se siente y esto, no lo cambiaría ni por todos los carnavales del mundo.

Un pequeño mensaje quiero dejar en este espacio: EL SILENCIO, LA PAZ, LA TRANQUILIDAD, se disfrutan más con la familia, con los vecinos, pero sobre todo, se disfruta de uno mismo.

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