MADRE CELESTIAL

Madre mía:

De nuevo te escribo estas líneas para felicitarte en tu día. La Paz está en las peticiones de tus hijos, al igual que la salud y muchas cosas más.

Madre Celestial, sabes lo que me aflija, se que me acompañas, me entrego a ti, estoy en tus manos, cubierta con tu manto. Quizá no soy la hija que tenga o deba de ser, hay cosas que sabes no tolero y en ello tengo que trabajar.

Virgencita de Guadalupe, mi morenita, mi madresita, no tengo palabras para decirte todo lo que mi corazón siente, lo que en mi alma hay entre confusiones.

Gracias madre mía, es la única palabra que resume todo. Gracias por tener aun a mi mamá, gracias por ponerme en el camino a las personas indicadas.

Soy una de tus hijas, la más pequeña, no sueltes mi mano, no me alejes de tu manto, cúbrenos y orotégenos de todo mal.
 AMÉN.


Hija mía:

La más pequeña de todas mis hijas, estoy aquí, en tu corazón. en cada obra, cada palabra que sale de tu corazón, de tu alma.

Brilla hija mía, no dejes que tu resplandor se apague. Son tiempos difíciles, de acomodo, de renacer, de purificar, de pruebas que tienes que pasar y vencerás.

En mi manto estás, en todo momento estoy a tu lado, se que me sientes, sabes cuando estoy cerca, cuando las flores te impregnan con su aroma.

La más pequeña de mis hijas, te agradezco me tengas presente, gracias por tu canto, te cubriré con mi manto, no te soltaré y las protegeré de todo mal.

En tus recuerdos está, cuando menos lo esperas, en la forma que menos imaginas me hago presente para protegerte, abrazarte. Tus alas son fuertes, tu fe en alto siempre.  Adelante hija, adelante.

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